Los juegos del hambre en Melilla

Para aquellos a los que nos gusta disfrutar del cine en una sala de butacas no hay nada más desagradable y desafortunado que sentarte al lado de alguien o, en nuestro caso, unos pocos que no saben comportarse en esa situación. Si os digo que la película de estreno a la que hemos asistido esta tarde ha sido "Los juegos del hambre" pensareis: "es lógico, el público mayoritario debía ser adolescente con lo que esa reunión de hormonas frenéticas supone". Pues no. Esta tarde quienes han dado la nota han sido adultos. Y además estábamos rodeados. Desde el señor que no hacía más que desdeñar los movimientos de la cámara sin entender que eran intencionados haciendo comentarios en voz alta hasta los de detrás que a cada imagen que aparecía en pantalla le daban una explicación o simplemente la audiodescribian como si el resto del público lo necesitase para entender que, un ciervo es (oh!) un ciervo para, por último, contestar al móvil en medio de la proyección para decir que "estás en el cine y que hasta las 11 no nos vemos". Maleducad@s, incívic@s, irrespetuos@s. Hasta que no les llamamos la atención 3 veces no conseguimos que parasen. Y no se trata tan sólo de que seamos más o menos quisquillosos al ver una película (que lo soy, pero no sólo me afectó a mí, también a mi acompañante) sino de que en una sala repleta y deglutiendo el contenido de sus bolsas hasta reventar todos al mismo tiempo el sonido de la proyección es lo que más se pierde. Por eso, para hacer comentarios quédense en casa, podrán decir absolutamente todo lo que les plazca molestando sólo a quien tenga a su lado o a sí mismos. Señores, la entrada la pagamos todos al mismo precio y eso incluye el derecho a poder verla dignamente y la obligación de permitir al resto hacer esto mismo.
Bueno, como ya me he despachado a gusto al respecto ahora voy con la película. Interesante, una película ciertamente inteligente, con moral y valores y muy bien hecha e interpretada. Nada que ver con Eclipses varios ni idioteces similares. Ficción pero educativa. Destacaría el trabajo de su protagonista, Jennifer Lawrence, elegante y sobria. Será muy valorada, seguro. En cuanto a la historia una vez más injusticias, dictaduras, intereses, manipulación y ultraje político hacia el pueblo, algo que no nos debe sorprender mucho dadas las circunstancias pero, eso sí, altamente recomendable para el público joven tan carente de interés y desconocedor del sufrimiento y sacrificio que otros padecen.
Por último y por si no la conocen, busquen en el diccionario el significado de la palabra "empatía". Seguro que les deja con la boca abierta.