sábado, 11 de junio de 2011

Toca, toca...

Ayer, Teatro. En teatro vale más ser gracioso que caer en gracia o intentar hacerla y Luis Merlo emulando a Woody Allen no la tuvo. Ha hecho cosas mejores y eso que Woody Allen no hace más que repetirse en sus obsesiones y guiones cinematográficos y lo pone fácil porque siempre hace de él mismo, hablando de él mismo. En esta obra representada ayer destacó María Barranco. El resto muy desmerecido. Olvidos en el guión, risas entre ellos muy poco acordes tratándose de actores profesionales, la iluminación pésima y errónea (había momentos en que no sabía si era de día, de noche o todo lo contrario) y un sonído espantoso, a un volumen escandaloso. Sólo se salvan algunos momentos de humor. Esto siempre es lo que me parece a mí, eh. Cada uno, es cada uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario