domingo, 28 de abril de 2013

Lo que pudo haber sido


El Día Internacional del Libro cuyo objetivo es fomentar la lectura es la excusa perfecta para hacer una lectura de cualquier formato, ya que la lectura no entiende de medios y el medio más extendido es el audiovisual por su inmediatez. Por todo ello, el medio que he escogido es el cine, en concreto la película “La Clase” de nacionalidad francesa, del año 2008, dirigida por Lauren Cantet y basada en un libro de François Bégaudeau (también protagonista de la película) publicado en España por El Aleph, 2008. Se trata de un libro semi-autobiográfico que cuenta las experiencias de un profesor de Lengua en un instituto multicultural a las afueras de París.
Es evidente que una película es un entretenimiento que además nos permite observar las cosas desde diferentes perspectivas acercándonos diferentes culturas y pensamientos que, aunque sean lejanas, pueden ser al final muy parecidas a la nuestra como se puede y pude comprobar.
En el plano educativo, “La Clase” es una película perfecta para proyectar a alumnos, padres y profesores de un centro y posteriormente iniciar un debate que permita la reflexión, el análisis, la crítica y la libertad de expresión basada en el respeto por la opinión ajena y las buenas maneras. Para esto hay que saber ver, escuchar, pensar y participar, algo que lamentablemente mucha gente demuestra de manera fehaciente no saber hacer ya sea por falta de motivación, comprensión o simplemente por una estólida falta de educación.
El debate que habría propuesto para después de ver esta ejemplar película y tomando como referencia algunas páginas de Internet dedicadas a la realización de debates cinematográficos, es el siguiente:
- en una sola palabra, ¿cómo me siento después de ver “La Clase? Para mí la respuesta es identificación. Me sentí identificado como alumno que he sido (y aún soy) en cuanto a los problemas de la adolescencia. Comparto con ellos el sentimiento de incomprensión propia y extraña, de la persona y del mundo, el complejo de inferioridad, el aislamiento y la insatisfacción porque cualquier adolescente sufre estos sentimientos y muchos más. Ni que decir tiene que me sentí identificado con el profesorado y sus vivencias (dedicación, amor por la profesión pero también frustración, impotencia, decepción…) ya que soy uno de ellos desde hace algunos años. De todas formas y en ambos casos con salvedades que explicaré más adelante.
-¿Ha logrado emocionarme la película o me ha dejado indiferente? ¿En qué sentido? Por supuesto que no me ha dejado indiferente pues considero que es un reflejo preciso y fiel de la realidad del sistema educativo y su estrepitoso fracaso, venga de Francia o de cualquier otro pais y lo pinten como lo pinten.
-¿Qué recuerdos, deseos, aspiraciones o necesidades me ha despertado la película? Los recuerdos que me vienen a la mente no tienen nada que ver en absoluto con lo que la película muestra. El modelo educativo que recibí fue muy eficiente y estaba basado en la educación que recibí por parte de mis padres en primer lugar para saber estar y comportarme en sociedad (ellos son los máximos responsables en este aspecto: la educación) y por los maestros y profesores que, en segundo lugar, fueron los que me formaron en los distintos campos del conocimiento que iba a necesitar a lo largo de mi vida. No había tantos medios como hoy ni se pretendía motivar de manera artificial a los alumnos, es decir, o se estudiaba o no se estudiaba. El que estudiaba podría aspirar a un puesto de trabajo con unas pocas mejoras y el que no pues a trabajar en un oficio que también le daría para comer y vivir dejando de lado el factor suerte y agarrándose eso sí, a la propia determinación. No había más drama que ese.
- ¿Qué tipo de película dirías que es? ¿cual es su tema central y su propósito? Es un drama con algo de documental. Y digo drama por lo que representa: una sociedad carente de los conocimientos y valores básicos para ser y estar. El tema principal es la clase, una clase, en un instituto, con unos alumnos y unos formadores y su propósito es el de hacernos llegar de primera mano y sin cuentos la realidad demoledora que se vive en ella a lo largo de un curso completo.
- ¿Quién o quienes son los protagonistas? El profesor y los alumnos son los protagonistas directos de esta historia e indirectamente el resto de profesores, directivos del centro, padres y el propio centro escolar, testigo mudo de aquello que ocurre a diario en sus aulas.
-¿Cómo es el profesor? El profesor protagonista es comunicativo, usa el diálogo continuamente, premia el trabajo bien hecho (como las fotografías del alumno Suleiman) y permite la expresión a sus alumnos hasta el punto de meterse en aprietos en los que bajo ningún concepto debería meterse (porque no sale bien parado) y además protege en exceso a sus alumnos mitigando unos incidentes que más tarde le pasarán factura. Es al mismo tiempo víctima y responsable de lo que sucede en su aula.
- ¿Cómo son los alumnos? Los alumnos en principio son de multiple etnia, obvian o desconocen los conceptos básicos en cuanto a modales y saber estar en un aula y por lo tanto en sociedad. Visten gorras y capuchas que, como es habitual tienen que quitarse a petición del profesorado, usan móviles y mp3 a pesar de que, como en todos los centros, está terminantemente prohibido, no guardan silencio, no aportan el material necesario para la clase pretendiendo hacerlo todo en casa, no son obedientes, ni respetuosos, contestan a todo y por todo mal e injustificadamente, con un vocabulario vulgar y soez e interpretan la información que reciben a su antojo, es decir, mal. Dicen ser unos incomprendidos, algo perfectamente reconocible al tratarse de adolescentes pues el sentimiento de incomprensión está asociado a dicha etapa de la vida entre otros como el complejo de inferioridad. Destacaría al alumno chino que dice pasar 4 horas jugando a videojuegos, de ahí la falta de comunicación hacia el resto de compañeros o familiares y no solamente por el hecho de ser chino y estar rodeado de personas de diferente idioma o cultura. Otro ejemplo es el comportamiento de las dos delegadas en el Consejo Escolar. Si bien su forma de comportarse fue deleznable, nadie en todo el Consejo les paró los pies en condiciones ante tanta desfachatez.
El último ejemplo es uno de los más importantes de la película, el alumno Suleiman. Después de varios sucesos conflictivos y de consecuencias dramáticas es expulsado del centro y ubicado en otro. El problema continuará siendo el mismo pero en otro centro distinto. ¿Es esa la solución idónea para este caso? Pienso que no. Para mí eso es poner un parche. Uno más. Son también víctimas del sistema (no sólo del educativo, también del familiar y social) y responsables de las injusticias cometidas.
- ¿Pudo evitarse aquel conflicto que desencadenó su expulsión? En cierta manera pienso que sí. El profesor era el responsable de evitar que el enfrentamiento llegase a más pero había perdido el control sobre sí mismo en su empeño por ser amigo de sus alumnos en lugar de limitarse a ser su profesor. Y por supuesto el alumno se extralimitó en todos los sentidos. Inexcusable. Por suerte no todos los alumnos son iguales.
- ¿Cómo son los padres de los alumnos? Pues hay una buena muestra. Desde los padres preocupados por sus hijos que acuden a hablar con su tutor y saber sobre su rendimiento y comportamiento a los padres totalmente despreocupados por sus hijos que no acuden al centro, los que no comprenden el sistema y lo cuestionan (a veces no sin falta de razón), los que defienden la postura de sus hijos (aunque en la mayoría de los casos no sea en absoluto la correcta) en lugar de la de los responsables de la formación de sus hijos hasta los que por diferencias culturales o de idioma no pueden entender el alcance objetivo de una situación en el ámbito educativo.
- ¿Cómo describiría al resto de profesores? A simple vista son personas que han escogido esta profesión porque les gusta formar a otros, preocupados por el día a día que viven algunos, desesperados otros (como el profesor de Tecnología que después de una clase explota en la sala de profesores y después de decir todo lo que piensa aporta una frase clave: tampoco somos perros) e inmunizados y hasta con un punto deshumanizado otros. Me llama la atención que en una de las reuniones se pase de cuestionar la validez de un carnet de puntos para el alumnado a hablar de algo tan trivial como el precio del café de la máquina. O en aquella otra en la que la Jefa de Estudios informa de la situación irregular en el pais y la inminente deportación de la madre de un alumno a su país de origen y pide colaboración para intentar evitarlo y acto seguido celebran la noticia del embarazo de una de las profesoras bebiendo champagne. Frívolo, ¿no? Para mí es una señal inequívoca de que algo falla.
- ¿Cómo son las clases? ¿está clara la linea entre profesor/profesional y alumno y el respeto que se deben? ¿está bien que algunos profesores hagan la vista gorda ante normas como la de los teléfonos móviles? ¿hay unanimidad en este caso?
Aparte de ruidosas, las clases muestran una sociedad excesivamente informada en determinados aspectos gracias a los medios de comunicación e informados de manera ínfima en otros que sí que son esenciales para el desarrollo de la convivencia social y el avance pero que son despreciados. Me asombran momentos de la película como aquel en el que los alumnos aplauden a otro por no hacer nada, por insultar en clase, por descalificar a otro compañero y por ser ignorante. ¿Aplaudir sería lo más acertado o lamentarse por ello? Pues parece que aplaudir, viendo como parte de nuestra sociedad ensalza los "valores" que promueven espacios televisivos como Gran Hermano que defiende los principios que acabamos de comentar: no hacer nada ni aspirar a ser nada (aparte de concursante o famoso, claro), descalificar e insultar al prójimo y ser un auténtico ignorante de la vida.
La linea divisoria entre profesor y alumno debe trazarla el profesor y es esencial. Antes, el propio alumnado la conocía pero se ha difuminado hasta parecer inexistente pero pienso que es indispensable que siga existiendo para que no lleguen a suceder casos como el descrito o los que vivimos a diario en nuestras aulas. Esto no es sólo tarea del profesor. Al profesor le llegan los niños con un conjunto de procedimientos y actitudes de sus respectivos hogares que si no son los adecuados poco podemos hacer los demás aparte de intentar corregirlos para tener a personas bien formadas y de buen comportamiento, pero ojo, no educarlos aunque se haga indirectamente con esas correcciones. Para educar e inculcar valores ya están sus padres. Por todo esto, ser permisivos o "colegas" en exceso de tus alumnos es un arma de doble filo y hacer la vista gorda ante normas como no usar los teléfonos o mp3 no ayuda en absoluto a mejorar el ambiente de la clase sino que la perjudica. Evidentemente y como muestran los profesores en una de las reuniones durante el curso no existe esa unanimidad en cuanto a las normas básicas. Si no remamos juntos la barca hará lo que le venga en gana... ¿o me equivoco?
- ¿Está la enseñanza realmente adaptada a lo que un alumno necesita? Aunque hoy se tienen en cuenta los casos particulares de cada alumno y las necesidades específicas que cada uno pueda tener, la realidad en el aula es totalmente quimérica y opera a su antojo. Un ejemplo claro y especialmente emotivo es el de la alumna que al final del curso declara sinceramente que siente que no ha aprendido nada y no desea continuar sus estudios. Esto refleja primero que no somos todos iguales y por lo tanto no se nos puede tratar ni formar de la misma manera y segundo que ella, es otra víctima más. Gracias al numeroso resto de alumnos y las circunstancias vividas en la clase no se ha podido atender a esta chica adecuadamente. Frases como: "no voy a usar en mi vida diaria estas cosas ni voy a hablar de esa manera" evidencian hasta qué punto se infravalora la formación recibida. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
- ¿Hizo bien el profesor al contestar a la pregunta sobre si era o no homosexual? Jamás se me habría ocurrido preguntarle a un profesor ni a alguien a quien respetase por su identidad sexual. El profesor, es un profesional que ocupa un puesto de trabajo que debe desempeñar en condiciones óptimas y la vida personal es íntima. El profesor no debía y no tenía por qué contestar a esa pregunta ni a ninguna otra de índole personal. Me parece que hizo mal en contestar porque no respetó esa linea de la que hablamos entre el profesional y el alumno. Si él mismo no impone ese respeto puede dar todo por perdido.
-¿Es una película emocional o racional? ¿pretende emocionar o que pensemos?¿qué valores se destacan?
Considero que la película tiene aspectos principalmente racionales. Pretende hacernos pensar más que emocionar al tratarse de una especie de documental de realidad social. No es una película con final feliz ni nada parecido y destaca valores positivos y negativos de la enseñanza actual.
-¿La película toma partido sobre el tema tratado o se limita a exponerlo sin pronunciarse? Pienso que no hace más que exponer una serie de acontecimientos y deja al espectador que sea quien tome sus propias decisiones y conclusiones al respecto. No muestra ambigüedades sino una realidad, la postura es lo suficientemente objetiva y clara como para que no haya interpretaciones erróneas.
-¿Cómo se podrían evitar situaciones parecidas a las mostradas? Teniendo en cuenta que el tema tratado en la película es una preocupación general en la sociedad actual y no una situación aislada, cada cual tendrá su propia versión y sus correspondientes ideas para mejorar el sistema académico y difícilmente se lograría llegar a un consenso aunque no deja de ser imperiosamente necesario escuchar a los implicados directamente en dicho sistema para saber qué soluciones aportan y ver cuales son viables y cuales no. Como anécdota personal puedo contar que antes de empezar a trabajar como profesor trabajé para una empresa privada que decía a sus empleados qué directrices debía seguir a la hora de atender a sus clientes y daban lugar a situaciones rocambolescas que eran perjudiciales para la empresa porque el cliente no quedaba satisfecho. Esas directrices no habían sido consultadas ni debatidas con los trabajadores directos con el cliente sino que se imponían como resultado de estudiar casos supuestos en los que nos podíamos ver involucrados pero que poco o nada tenían que ver con la realidad. Algo así es lo que ocurre. No hablamos de casos supuestos sino de realidad diaria y de necesidades sociales importantes. Jugar a mandar no sirve si no se sabe lo que se manda ni las consecuencias que pueden tener.
- ¿Son películas como ésta una buena herramienta de sensibilización sobre el tema tratado? Por supuesto. De eso se trata, de ver casos reales con los que podemos identificarnos y provocar en nosotros una empatía o un rechazo y a continuación un pensamiento crítico constructivo.
-¿Puede el cine servir también para fines contrarios a la sensibilización como fomentar el odio, el racismo, el militarismo...? Sin lugar a dudas. Existen innumerables pruebas de ello y basta con teclear y buscar en Internet para encontrarlos, leer prensa o encender la televisión y observar con un espíritu lo más imparcial y objetivo posible para darnos cuenta de que así es.
- ¿Te ha llamado la atención especialmente algo que se haya dicho en la película? Si. Varias frases. La primera: "Los alumnos se valoran solos". Esto lo decía una profesora en una reunión docente en la que se planteaba la efectividad del carnet de puntos para el alumno. Ella pensaba que los alumnos deben tener la conciencia de obligatoriedad del sistema académico en sus vidas y que su premio es el que pasen de un curso a otro por sus méritos, obtener buenas notas por sus esfuerzos, ser reconocidos por sus compañeros y sus profesores por su comportamiento y sus obras y no gracias a la ley o por otros motivos. El ser formado es en sí un premio de un valor incalculable pero eso se ha olvidado y todo se ha reducido a número, porcentaje, estadística y resultado.
La expresión "comprar la paz social" mencionada por otro de los profesores en una de las reuniones celebradas en la película también me parece interesante. ¿Si un alumno no da ruido y nos deja dar la clase con tranquilidad merece una recompensa en forma de nota? ¿es eso lo que se debe valorar si no se pueden valorar otras cosas? ¿es lícito hacerlo de esta manera?
Y por último una frase que se pronuncia en varias ocasiones durante toda la película: Te escucho. El director del centro se la dice al alumno conflictivo por ejemplo. El profesor a varios de sus alumnos. Esto me indica que los que forman parte del sistema académico tienen una actitud dialogante, receptiva, abierta hacia el alumno y hacia cualquier opinión venga de quien venga siempre que sea racional y formulada con educación y respeto. Tristemente esto no ocurre en todos los centros educativos ni en muchos otros sitios y con muchas personas aunque debería ser norma de obligado cumplimiento para poder determinar a quien corresponde las diferentes responsabilidades y tomar decisiones más acertadas.
A modo de conclusión me gustaría decir que la película acaba tal y como empieza, con los mismos problemas y sin ninguna solución aparente, porque no existe una solución que agrade a todos y haga que el sistema, que no está funcionando, se repare y mejore. No encontramos en ella fantasía ni final feliz sino una realidad compleja, llena de personas adultas con aciertos y errores y sobre todo algo que no se debe olvidar en ningún momento: niños. Niños que deben ser educados y formados para que mañana sean nuevos profesores o albañiles o ministros que en primer lugar se valoren a sí mismos y sean valorados como personas y después por lo que hagan en sus vidas.
Y ahora, te escucho. Si has visto la película o simplemente quieres opinar al respecto, te escucho.
Un saludo y mi agradecimiento a los alumnos de 2º de Bachillerato, por cierto.

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