domingo, 26 de enero de 2014

Cómo me habría gustado...


... participar en esta película. Me lo habría pasado en grande, seguro. La gran familia española es uno de esos títulos que, para ser bien promocionados y enganchar al público más reacio al cine español, nos venden como una comedia aunque luego te encuentras con mucho más y distinto en la sala, algo que, por supuesto, agradezco y admiro. No es fácil divertir y emocionar al mismo tiempo pero esta familia lo consigue. Su director lo consigue. Todo el reparto lo consigue. Están simplemente espléndidos, todos. Desde los más jóvenes hasta los más experimentados desprenden un cariño y una calidez maravillosas. ¡Qué grande es Verónica Echegui! ¡Qué presencia más rotunda en cada una de sus escenas! ¡Cómo roba planos Miquel Fernández! ¡Qué dúo el de Roberto Álamo y Antonio de la Torre! ¡Quim Gutierrez me cambia un poco el registro! ¡Incluso los personajes secundarios se hacen querer!
Es cierto que el argumento no ofrece una historia terriblemente original pero la preciosa finca en la que la historia sucede, el tratamiento y exposición de las actuaciones y los diálogos y las situaciones que plantea su director aportan frescura y autenticidad a cada uno de los personajes y consiguen que la historia resulte dura, real y entrañable. ¿Quién no ha vivido situaciones familiares surrealistas? ¿Quién no las vive aún? Y al final son eso, grandes familias. ¿El fútbol? Bah, es lo de menos.

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